
Esta es Martha Castellón, bañada en luz, en el Teatro Presidente de San Salvador el 17 de mayo de 2003. En un artículo que escribí ese mismo día me referí a su «grácil presencia». Ella me parece preciosa y hasta le rogué que posara para una serie de fotografías y rechazó todas mis ofertas sugiriéndome contactos con otras bailarinas. Nunca comprendió que lo que yo buscaba era capturar esa «grácil presencia».
© Jorge Ávalos